El desierto, a solas con Dios

El desierto ha ocupado un lugar destacado en la espiritualidad cristiana en toda la historia. Se tranformo en un simbolo del lugar de las luchas y del encuentro del ser humano con Dios. Un lugar de la desnudez del alma, del abandono de las ilusiones, de la falencia de los conceptos y las teologias que insisten en aprisionar a Dios y determinar sus acciones.
El mundo moderno se caracteriza por la superficialidad en las relaciones, incluida la relacion espiritual. Richard Foster dice: " La superficialidad es la maldicion de nuestra era. La doctrina de la satisfaccion inmediata es el principal problema espiritual. Lo que hoy se necesita desesperadamente no es un numero mayor de personas inteligentes, ni personas de talento, sino de personas de vida espiritual profunda" En este sentido el desierto como espacio permite dar profundidad a las relaciones espirituales, las que hoy dificilmente viven a la modernidad.

Algunas Caracteristicas de la espiritualidad moderna son, primero, el pracgmatismo. Todo necesita tener un sentido practico y productivo. La relevancia de todo se mide por su utilidad inmediata. Segundo, se distingue por la necesidad de llenar todo espacio vacio. No se puede dejar lagunas en la agenda, en el dialogo, o en la convivencia. El silencio y la quietud son son paradojicamente, realidades inquietantes. Rubem Alves dijo:"Los verdaderos amigos son aquellos, que aun en silencio, sienten placer cuando estan juntos". Tercero, el consumismo, que determina el sentido, el valor y la realizacion del ser humano.

Estar en el desierto, a solas con Dios, es redescubrir un camino de crecimiento espiritual, darle la verdadera importancia a estar con Dios y obedecerle. Tiempo de tranquilidad, silencio y busqueda. No hay en él nada que nos distraiga, cara a cara con El Señor.

Nuestra dificultad para separar tiempo para orar y meditar, las alternativas de entretenimiento de que disponemos, la acumulacion de compromisos que tenemos en la agenda exigen de nosotros una postura, una opcion. Si no contamos con mas tiempo para meditar en las Escrituras y mucho menos para orar, cuanto menos para dedicarnos al silencio, a oir a Dios.
No disponemos de tiempo para cuidar nuestra vida interior, ni siquiera para construir amistades intimas y personales. "Estamos demasiados ocupados para ser buenas esposas, buenos padres para nuestros hijos y buenos amigos para nuestros amigos". Poco a poco hemos sido absorbidos por una rutina fatigante, compromisos y quehaceres, nuestra vida se esta evaporando, dandonos poco de la paz, gozo y serenidad que encontramos en Dios. Nuestro estilo de vida es parte de un vicio que se apodera de nosotros y que nos aprisiona y consume.
Busquemos tiempo en desierto, a solas con Cristo, para crecer espiritualmente y renovar nuestras fuerzas, tengamos nuestro tiempo de meditar y orar.

Buena Pantera ,es bueno leer algo para el alma y meditarlo

gracias amigo, es la idea, poder aportarles en otros ambitos tambien.