reflexion 27-10-09

Con el desarrollo cientifico y tecnologico el hombre ha construido una conciencia de la bondad inherente al ser humano.
Somos buenos por que hacemos cosas buenas y deseamos el bien de la humanidad. Cuando no le suena como absurdo o como una agresion a la dignidad intrinseca del ser humano, el ser humano moderno concibe el concepto de pecado solo como tropiezo a una actitud insana. De ahi viene la dificultad para confesar. ¿confesar que?
La Confesion, para el cristiano moderno, se refiere casi siempre a nuestros actos, palabras y pensamientos que juzgamos ofensivos para Dios. Cometemos pecado cuando hacemos, pensamos o hablamos algo que sabemos es lo contrario a la voluntad de Dios expresada en su Palabra y que compromete nuestra comunion con EL. Sin embargo, si se toma en cuenta solo este aspecto de la nocion del pecado, limitamos enormemente la confesion. Ni siquiera los cristianos mas devotos y temerosos de Dios tienen conciencia plena de su pecado."nuestro corazon es engañoso", nuestros pensamientos son distintos a los pensamientos de Dios. Nuestra percepcion de la realidad es limitada por nuestra finitud. ¿cuantas faltas cometemos sin el menor conocimiento de la injusticia practicada y sin el menor discernimiento de la voluntad de Dios? Tambien construimos nuestros becerros de oro,; somos facilmente atraidos y seducidos por lo dioses que habitan en nuestra Confesion no es solamente la declaracion de aquello que hacemos o dejamos de hacer, sino la confrontacion con nuestra propia naturaleza, con lo vicios que fueron incorporados a nuestro caracter. Debemos confrontarnos no solo con nuestras actitudes sino nosotros mismos, nuestro caracter.
El arrepentimiento trae consigo el poder de desenmascarar el pecado y no conduce a la tarea de de denunciarlo. La confesion nos libera de nuestro egoismo y autoglorificacion para hacernos participes de su gloria de Cristo. El esfuerzo por hacer que la confesion sea sincera y verdadera nos llevara a un profundo conocimientos de nosotros mismos. Cierta vez, Francisco de Asis oro asi: " Oro por mi santa humildad, la habilidad de verme y aceptarme a mi mismo como soy".
Muchas veces somos tentados a esconder nuestras deficiencias, evitando exponerlas publicamente, con el proposito de salvaguardar nuestra imagen y preservar nuestro testimonio cristiano. Muchas veces pensamos que al exponer nuestras flaquezas y limitaciones, nos hacemos vulnerables. Lo importante es que aceptemos con humildad lo que somos, confesemos nuestros pecados, los que nos hara libres logrando conducir relaciones mas autenticas y afectivas.
Andar en Dios no es, simplemente, hacer aquello que considero moralmente correcto y cristiano. Significa aceptar nuestra naturaleza y someterla a Dios en obediencia y arrepentimiento.